Es un hermoso oasis en medio del desierto de la región Ica, a solo 5 horas de la ciudad de Lima. Este atractivo se encuentra ubicado en medio de enormes dunas onduladas y sus aguas verdes se encuentran rodeadas de grandes palmeras, árboles de eucaliptos y huarangos, lo que le da un toque mágico al paisaje.

Cuenta la leyenda que esta laguna nace de las lágrimas de una hermosa mujer de ojos verdes, que lloraba la muerte de su amado y que terminó convirtiéndose en sirena. Hoy en día, este es un destino visitado por miles de turistas cada año, atraídos por su belleza natural y su fascinante historia.

Sandboarding o sandskiing

Esta actividad es la más solicitada por los visitantes. Consiste en subirse en una tabla y lanzarse desde dunas de hasta cien metros de altura. Un instructor con experiencia siempre estará presente para proporcionar las indicaciones necesarias y el equipo apropiado, garantizando una experiencia emocionante y segura para todos los participantes.

Pasear en bote

Mientras remas o pedaleas, disfrutarás de la serenidad del entorno y de la suave brisa del viento. Además, podrás apreciar la rica biodiversidad que rodea este oasis, con sus diversos tipos de árboles y las variadas especies de aves que habitan en la zona. Un ejemplo notable es la garza huaco, cuya presencia en la Huacachina ha aumentado significativamente en los últimos años.

Ver el atardecer desde las dunas

Contemplar el atardecer desde las dunas de la Huacachina es una experiencia imperdible. Observar cómo el sol se oculta gradualmente mientras el cielo se tiñe de tonos cálidos es verdaderamente fascinante. Esta vista evoca una sensación de paz y tranquilidad, creando la atmósfera perfecta para disfrutar de un momento de relajación, reflexión e incluso romance.

Remota, con arena fina y dorada, acariciada por aguas verde esmeralda y enmarcada por una exuberante vegetación y una fauna intocada, así es la Bahía do Sancho. Esta playa brasileña es un habitual en las listas de las playas más hermosas del mundo, incluida la última edición de TripAdvisor en 2020. Pero, ¿qué la hace destacar tanto para que los usuarios la elijan como la mejor del mundo?

Parque Nacional Marino Fernando de Noronha

La Bahía do Sancho forma parte del Parque Nacional Marino de Fernando de Noronha, en Brasil, reconocido por la UNESCO como Patrimonio Mundial de la Humanidad. Este lugar no solo ofrece la oportunidad de disfrutar de playas y una belleza natural incomparable, sino que también alberga un ecosistema frágil con especies en peligro de extinción. El archipiélago se considera un santuario para muchas de estas especies. Dentro del Parque, además de la Bahía do Sancho, se encuentran otras playas como la Playa de León, donde se pueden realizar paseos en barco, buceo y observar delfines desde el mirador de la Bahía de los Delfines.

Baia do Sancho Playa protegida

En este entorno de naturaleza singular, la playa se encuentra dentro del Parque Nacional, lo que garantiza su protección y limita el acceso a través de una “Tasa de Preservación”. Esta tarifa, de 42 euros para extranjeros y 21 para brasileños, es válida por diez días, y el tiempo de visita está restringido a dos horas, lo que ayuda a evitar la masificación de la playa.

Una playa con cascadas

Una de las mejores épocas para visitar la Bahía do Sancho es durante el período lluvioso, que suele ser de abril a junio. Durante esta temporada, la playa ofrece una sorpresa única: dos cascadas se forman y fluyen como cortinas de agua, añadiendo un encanto adicional a esta maravillosa experiencia.

Miradores

Muchas personas consideran que la Bahía dos Porcos es la mejor playa de Noronha, pero es innegable que la vista de la Bahía do Sancho desde lo alto de sus miradores es realmente impresionante. Desde que llegas a la Bahía do Sancho, te encuentras con una vista increíble desde lo alto de un acantilado. Además, puedes explorar dos senderos que ofrecen otras vistas panorámicas desde lo alto de la playa, agregando aún más belleza a esta experiencia inolvidable.

Buceo libre

Sumergirse en las aguas de la Bahía do Sancho es una de las experiencias más destacadas que se pueden vivir en la mejor playa del mundo. Si bien debo admitir que disfruté mucho buceando en la Bahía dos Porcos e incluso en la Praia do Porto de Santo Antônio, donde tuve la oportunidad de nadar con tiburones y tortugas, la experiencia en Sancho fue igualmente increíble.

Gracias a que el mar suele estar en calma y la zona de baño es más extensa, te encontrarás flotando con mayor espacio, lo que añade una sensación de paz y libertad en el mar. Además, si no sabes nadar, como yo, puedes alquilar un chaleco salvavidas y aún así disfrutar al máximo. Los chalecos se pueden alquilar en el propio PIC Sancho o en varios otros puntos de Noronha. ¡No te pierdas la oportunidad de sumergirte en las cristalinas aguas de la Bahía do Sancho y vivir una experiencia inolvidable!

¿Como llegar a Baia do Sancho?

Para visitar a Baía do Sanho, antes es necesario llegar a Fernando de Noronha, ubicado a 545 kilómetros de Recife, en el estado de Pernambuco. También se puede ir a Noronha en avión o en barco.

Para llegar a la playa, es necesario descender tres tramos de escaleras que serpentean entre las grietas de las rocas. Aunque el acceso puede ser algo desafiante, el esfuerzo se ve recompensado con un escenario impresionante: un mar tranquilo y cristalino que permite contemplar los corales y los peces. Este entorno es ideal para el buceo y la observación de la vida marina, incluyendo tortugas, peces coloridos y rayas, todo ello en aguas transparentes con una temperatura media de 26°C.

La famosa imagen de la Gran Muralla China tiene sus raíces en los siglos XV y XVI, durante el reinado de los emperadores Ming. Fue en este período histórico cuando esta imponente barrera defensiva fue revitalizada, utilizando ladrillos y piedra para su reconstrucción. Las torres conectadas por largos tramos de muralla dan vida a esta magnífica obra arquitectónica.

Torres de vigilancia

A lo largo de la extensión de la muralla, las torres estaban estratégicamente ubicadas a intervalos precisos para facilitar la transmisión rápida de señales de alarma en caso de emergencia. En la imagen adjunta, se puede apreciar una sección de la muralla cercana a Pekín, mostrando la magnitud y la robustez de esta impresionante estructura defensiva.

La Ciudad Prohibida

En esta cámara del majestuoso Palacio Imperial de Pekín, se erguía el trono desde el cual el Emperador, conocido como el Hijo del Cielo, otorgaba audiencias y dirigía consejos imperiales. Este imponente edificio, construido por los emperadores Ming en el año 1406, es testigo de la grandiosidad y el esplendor de la antigua China.

Tumbas Imperiales

La era Imperial llegó a su apogeo con la dinastía Qing, que sucedió a la Ming en 1644 y perduró hasta 1912. Los fundadores de esta última, junto con sus ancestros, descansan en las tres tumbas imperiales de Yongling, Fuling y Zhaoling, ubicadas en la provincia de Liaoning. Hoy en día, estos complejos son famosos por su arquitectura inspirada en la geomancia y el fengshui tradicionales chinos, así como por su decoración de piedra, bajorrelieves y cerámica, que ilustran el esplendor de la arquitectura funeraria de la época Qing.

Durante la dinastía Han (206 a.C. – 220 d.C.), específicamente en el siglo I a.C., se erigió el primer templo budista de China en el monte Emei, en la provincia de Sichuan. A lo largo del tiempo, este templo fue modificado y ampliado, convirtiéndose en uno de los sitios sagrados más importantes del budismo. Entre sus tesoros culturales se destaca la estatua de Buda más grande del mundo, el Gran Buda de Leshan, esculpido en el siglo VIII y que alcanza una altura de 71 metros.

Nichos de Longmen

Talladas en la roca, las grutas y nichos de Longmen ofrecen una impresionante exhibición de la escultura rupestre inspirada en el budismo, destacando como el conjunto artístico más grande de las dinastías Wei del Norte, el período de los Tres Reinos y la dinastía Tang en China.

Otro destacado sitio del Patrimonio de la Humanidad en China es el histórico palacio de Potala en Lhassa. Desde el siglo VII, este majestuoso palacio ha sido la residencia de invierno del Dalai Lama, representando un símbolo del budismo tibetano. Situado en la Montaña Roja a 3.700 metros sobre el nivel del mar, el complejo incluye los palacios Blanco y Rojo, junto con sus estructuras adyacentes.

Tulou de Fujian

En las regiones interiores del estrecho de Taiwán se encuentra uno de los tesoros más singulares de China: los Tulou de Fujian. Este complejo comprende 46 estructuras de tierra, construidas entre los siglos XII y XX, entre campos de arroz, plantaciones de té y tabaco, con propósitos defensivos. Con capacidad para albergar hasta 800 personas, estos edificios solían ser conocidos como pequeños reinos familiares y florecientes comunidades urbanas. En 2008, fueron inscritos en la lista de Patrimonio Mundial debido a su excepcional tamaño, técnicas tradicionales de construcción y su función como ejemplo único de asentamientos humanos basados en vida comunitaria y defensiva, armonizando perfectamente con su entorno.

Existen teorías, impulsadas por el científico suizo Erich Von Däniken, que sugieren que estos misteriosos trazos, considerados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, fueron realizados por seres no terrestres, es decir, por extraterrestres. A pesar de estas especulaciones, las Líneas de Nasca siguen siendo un atractivo turístico fascinante para personas de todas las edades.

Espectaculares figuras

Las imponentes formas de las Líneas de Nasca, trazadas de un solo golpe con un pulso que parece sobrenatural, cautivan a todos los visitantes. Son impresionantes desde cualquier ángulo, pero para apreciarlas en toda su magnificencia, es necesario seguir uno de los tres caminos trazados.

Puedes optar por ascender a las montañas cercanas, una experiencia que se realiza a pie y ofrece vistas panorámicas inigualables. Otra opción es ubicar alguna de las torres de observación disponibles en la zona, algunas alcanzan hasta 12 metros de altura, brindando una perspectiva única de las figuras en el suelo.

Por último, puedes contratar el servicio de una avioneta, donde un experimentado piloto se encargará de llevarte a través de los cielos para contemplar las líneas desde las alturas. Esta opción garantiza una experiencia emocionante y una vista privilegiada de estos enigmáticos geoglifos.

El estudio y la preservación de estos mensajes milenarios han sido impulsados principalmente por la arqueóloga alemana Maria Reiche, considerada pionera en su investigación. Sin embargo, es importante no confundirla con el descubridor de las líneas, el antropólogo estadounidense Paul Kosok, quien sugirió que estas figuras representaban un calendario astronómico.

Entre las casi 800 figuras descubiertas hasta la fecha, destacan el colibrí, el cóndor, el pelícano, el mono y la araña. Estas figuras son las más famosas y se ven con mayor frecuencia debido a su tamaño impresionante, algunas llegando a medir hasta 300 metros, y su excelente estado de conservación. Gracias al clima privilegiado de la región, caracterizado por pocas lluvias, y a la protección proporcionada por las grandes colinas de arena que las rodean, estas figuras no han sufrido modificaciones significativas por la acción de la naturaleza.

Dado que las Líneas de Nasca tienen más de un milenio de antigüedad, datadas entre los años 500 a.C. y 500 d.C., muchos profesionales, incluyendo arqueólogos y antropólogos, se sorprenden por el excelente estado de conservación en el que se encuentran hasta la fecha.

Aunque el misterio de las Líneas de Nasca podrá no ser resuelto, estas enigmáticas figuras están ahí, a vista y paciencia de todo aquel curioso que desee descubrirlas. Maravillan la vista de quienes osan surcar los aires para presenciarlas. Las Líneas de Nasca, ubicadas en el desierto de las ciudades de Nasca y Palpa, en la región de Ica (al sur de Lima), son una incógnita incluso para los arqueólogos más experimentados. Nadie sabe quiénes las crearon, cómo ni por qué.